domingo, 30 de agosto de 2009

No escribir

Decía Deleuze que se escribe para devenir. Tenía razón. La escritura, cuando es digna de su nombre, no hace sino intensificar los procesos existenciales, las líneas de transformación, las trayectorias mutantes. La escritura es una máquina de intervención sobre la propia vida, una plataforma de lanzamiento, un catalizador del cambio. Por eso he dejado de escribir. Porque la escritura siempre lleva a otra parte. Sitúa ya en otro lado, del otro lado. Antes de nada, desmiembra lo que hay, consume lo presente, instala tras el acontecimiento. Se escribe para dejar de ser el que se es. Para ser el que ya aún no todavía se es. Sólo se escribe lo actual, lo futuro no realizado. Lo desconocido que en uno mismo se anuncia. Lo que uno mismo sabe demasiado bien y elude sin cesar. Sólo se escribe el propio derrumbe, el pavor y la fascinación ante el desplome inevitable. Lo por venir. El fin de una vida.

jueves, 27 de agosto de 2009

Pólemos

"...no son las guerras otra cosa que operaciones lógicas diversas de determinación por dependencia y de definición de identidad, esto es, de establecimiento y salvaguarda de fronteras entre entidades que, para ser cada una lo que es y todas en conjunto todas, necesitan diferenciarse mutuamente, determinarse una por otra por regulación de mutua dependencia, quedar unas comprendidas dentro de otras según buena ordenación jerárquica, ocupar cada cual el puesto que en el conjunto le corresponde, y en la prosecución sucesiva del proceso, asimilar cada una a las otras o dejarse asimilar por otra, para, con la transformación, asegurarse de o bien seguir siendo la misma o bien desaparecer".
A. García Calvo, Razón Común. Edición crítica, ordenación, traducción y comentario de los restos del libro de Heráclito.

domingo, 23 de agosto de 2009

Escribir lo necesario

Escribir incluso la desgana de escribir. Que no se tiene nada que decir y ni aún siquiera resta el deseo de decirlo. He ahí lo más necesario. Acaso lo único que merece la pena ser dicho: el hueco del cual surgen y en torno al cual giran siempre las palabras impresas, la quietud que el movimiento de la escritura quiebra.

viernes, 21 de agosto de 2009

Iris

"No puedo ser ni quiero vivir sino en el espacio y en la libertad de mi amor. Juntos no somos el producto de ninguna capitulación, ni el motivo de ninguna servidumbre aún más deprimente. Por eso combatimos maliciosamente el uno contra el otro en una guerrilla sin reproche".
R. Char, Lettera Amorosa.

Pablo Lópiz Cantó

Para una filosofía de la inmanencia