Escribir incluso la desgana de escribir. Que no se tiene nada que decir y ni aún siquiera resta el deseo de decirlo. He ahí lo más necesario. Acaso lo único que merece la pena ser dicho: el hueco del cual surgen y en torno al cual giran siempre las palabras impresas, la quietud que el movimiento de la escritura quiebra.
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