Esta eterna acusación contra el cristianismo voy a escribirla en todas las paredes, --allí donde haya paredes,-- tengo letras que harán ver hasta a los ciegos... Yo llamo al cristianismo la única gran maldición, la única grande intimísima corrupción, el único gran instinto de venganza, para el cual ningún medio es bastante venenoso, sigiloso, subterráneo, pequeño, --yo lo llamo la única inmortal mancha deshonrosa de la humanidad.
F. Nietzsche, El Anticristo.
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