Preciso es que quien quiera tener buen ánimo no sea activo en demasía, ni privada ni públicamente, ni que emprenda acciones superiores a su capacidad natural. Debe, más bien, tener una precaución tal que, aunque el azar le impulse a más, lo rechace en su decisión y no acometa más de lo que es capaz, pues la carga adecuada es más segura que la más grande.
Demócrito, en Kirk y Raven Los filósofos presocráticos, 593.
2 comentarios:
¡Cuanta razón! ¡y yo que necio!
Qué te voy a decir. De hecho pensaba haberlo titulado "Autocrítica".
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