No se lucha por el porvenir. Se lucha con los amigos. Un rostro amigo no es un cobijo ni un territorio sobre el que establecer un coto de familiaridad. Ni cura ni distrae la soledad. La hace gozosa. El amigo está en el gesto que te hace más valiente. No se presta como ejemplo. Lejos de decir: "haz como yo", tiende una mano que invita: "haz conmigo".
Marina Garcés, Posibilidad y subversión.
2 comentarios:
Que vision tan certera. Me ha estremecido. Gracias por este regalo.
Carmen.
grande
Publicar un comentario