Que la filosofía erija a nuestro alrededor la fortaleza inexpugnable que la Fortuna asediará con toda su artillería sin conseguir abrir una sola brecha en ella. Cuando ha sabido desprenderse de las cosas exteriores y mantenerse independiente gracias a este torreón, el alma ocupa una posición inexpugnable.
Séneca, Epístolas morales a Lucilio, 82.
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