domingo, 21 de diciembre de 2008

Contra lo intolerable, nuestros cuerpos

En Kenia, Namibia, Uganda, Zambia y Zimbabue dirigentes políticos consideran que la homosexualidad es "antiafricana". Robert Mugabe, Presidente de la República de Zimbabue, opina que los homosexuales son "peores que cerdos y perros". En Uganda, Guyana, India, Bangladesh, Singapur, Maldivas, Bután y Nepal la homosexualidad se castiga con cadena perpetua. En Irán, Afganistán, Arabia Saudí, Mauritania, Sudán, Pakistán, Yemen y en los estados del norte de Nigeria la homosexualidad puede castigarse con la muerte. No son datos que nos inventemos, aparecen reflejados en el mapa que elaboró Amnistía Internacional, “El Mundo no es color de Rosa”, en una de sus campañas emprendidas para la defensa de los derechos de las minorías sexuales. Estos son meros ejemplo de la situación mundial de las personas que tienen una sexualidad no heterosexual, porque luego podemos nombrar numerosos países que no reconocen derechos fundamentales, que discriminan y no respetan las libertades sexuales. Un hecho discriminatorio es aquel de negar la existencia de una realidad. Sirva de ejemplo la negación de la sexualidad de la mujer y, en concreto, de las sexualidades lésbicas.

Ante esta situación, inaceptable desde el punto de vista del mínimo respeto exigible en la defensa de los derechos humanos y las libertades fundamentales, el Gobierno francés, actuando en nombre de 25 países de la Unión Europea, ha presentado una propuesta ante la Organización de las Naciones Unidas para la despenalización de la homosexualidad en el Mundo. Entendemos que es una medida básica, un primer paso irrenunciable e impostergable. Hablamos de millones de seres humanos que sufren diariamente agresiones y persecuciones. Cerca de 90 países persiguen de todas las formas imaginables la homosexualidad; los datos, conocidos por todos los estados e instancias internacionales, son escalofriantes: condenas de cárcel, flagelaciones, internamientos psiquiátricos o en campos de trabajo, torturas para obtener “confesiones de desviación” seguidas de violaciones para “curarla”, etc. El Vaticano se ha opuesto a la medida propuesta por Francia. El arzobispo Celestino Migliore, representante de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, se permitió afirmar que "una declaración política de ese tipo crearía nuevas e implacables discriminaciones", y, a la vez, "pondría en la picota a los países que no consideran matrimonio las uniones homosexuales".

Towanda, Asociación de Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales de Aragón, no estamos en absoluto sorprendidas. Ya nada nos extraña de una confesión religiosa que de manera reiterada ha atacado a las minoría sexuales negándoles su acceso a la igualdad de derechos, que, al tiempo que se dice defensora de ciertos principios y valores, entre los cuales estaría el valor de la vida, continua fomentando la producción de muerte a través de su negativa a implementar los necesarios mecanismo de prevención contra el VIH, una institución que niega el derecho de las mujeres a decidir sobre su propio cuerpo, que no acepta el divorcio, que hace sentir culpables a las personas por el mero hecho de vivir sus afectividades y sus identidades, que dificulta la protección de los menores en sus sistemas familiares cuestionando la idoneidad de ciertos modelos de familia. ¿A quién sorprende que, ahora, el Vaticano y, por tanto, la Iglesia Católica, defienda y apoye que se mate, torture, encarcele o multe a una persona por el hecho de ser gai, lesbiana, bisexual o transexual? Una vez más, han cruzado la línea de la infamia. Lo que han llevado a cabo es intolerable.

El pasado 28 de junio, con motivo del Día del Orgullo Lésbico, Gay, Bisexual y Transexual, Towanda, junto con numerosas entidades que integraban la Plataforma 28 de junio, denunciamos las coacciones de la jerarquía católica a los poderes públicos y a la sociedad civil y exigimos la adopción de medidas para impulsar de forma definitiva la laicidad del Estado Español y el fin del trato de favor a la Iglesia Católica. Hoy vamos más allá. Nos dirigimos directamente contra las altas instancias que, desde el Vaticano, se permiten apoyar las agresiones y violaciones hacia quienes despliegan sexualidades no normativas. Por ello, queremos hoy hacer de nuestros cuerpos una fuerza de interposición frente a un poder que no respeta los derechos mínimos de los gobernados. Para manifestar nuestra repulsa, hemos convocado esta acción protesta. Hoy, domingo, 21 de diciembre de 2008, a las 18.00 horas en la Plaza del Pilar. Para fundar un tiempo diferente, otro calendario. Invitamos a todas/os a unirse a Towanda en este acto.

¡Ven, trae tu cuerpo, hazte escuchar!
Colectivo por la Diversidad Afectivo-Sexual, TOWANDA

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