Además, nadie podrá hacer, pintar, tener o estar en posesión de modelos, retratos o pinturas escandalosas de la Virgen María, los santos canonizados por la Iglesia, ni nadie podrá romper, dañar o destruir imágenes hechas para honra y memoria de los mismos, bajo pena de muerte y confiscación de sus bienes.
Decreto contra la herejía, 1540, en A. Lacroix, Apologie de Guillaume de Nassau, Bruselas-Leipzig, 1858.
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